Desde principios de los años 2000, en el oeste de Suiza han surgido empresas que se han destacado en el área de la tecnología médica y contribuido a la reputación de la región como «Health Valley». También forman parte de esta expansión empresas emergentes, centros de formación y prestigiosas multinacionales. A nivel internacional Suiza ocupa una clara posición de liderazgo en tecnología médica. No hay otro país en el mundo donde la tecnología médica haga un aporte tan significativo al producto interno bruto (PIB) como en Suiza.
Líder en la lucha contra el cáncer
A fines de octubre ADC Therapeutics, una empresa con sede en la Suiza francófona que investiga los tratamientos más avanzados contra el cáncer, alcanzó un récord europeo en la financiación de sus proyectos. Inversores privados aportaron aproximadamente 200 millones de francos suizos. Con los recursos obtenidos se perfeccionarán dos medicamentos destinados a combatir diversos subtipos de cáncer linfático y leucemia. Entretanto, ADC Therapeutics anunció que a principios de diciembre se dieron a conocer resultados satisfactorios en la fase de pruebas de la Sociedad Americana de Hematología (ASH). Los datos presentados se obtuvieron a partir de 138 personas de prueba que ya habían realizado, sin éxito, diversos tratamientos. Los investigadores de ADC Therapeutics podrían haber logrado un avance importante en la lucha contra el cáncer.
Innovación para personas mayores
La tecnología médica también se destaca en otras regiones. Son principalmente las universidades las que obtienen a menudo resultados innovadores. Así, por ejemplo, un equipo de la Escuela superior de ciencias aplicadas de Berna desarrolló un sofisticado sensor para detectar caídas que se puede recargar sin contacto. El pequeño sensor de caídas llamado «Aide-moi» («ayúdame» en francés) se puede fijar de manera discreta al cuerpo mediante un parche y utilizarse incluso en la ducha, una situación en la que el riesgo de una caída es más elevado. Además, un dispositivo de gran alcance para el hogar permite registrar cualquier caída que se produzca dentro de la casa o en el jardín e informar automáticamente a las personas definidas de antemano.
El implante de corazón más moderno
En julio de este año la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH) causó sensación con un corazón impreso en 3D. El corazón artificial se fabricó con silicona, pesa 390 gramos, tiene un volumen de 679 cm3 y bombea de manera muy similar al órgano humano. Nicholas Cohrs, doctorando en la ETH y creador del corazón, pudo demostrar que el corazón artificial básicamente funciona. Sin embargo, por el momento solo puede latir unas 3.000 veces, lo que equivale a una duración de unos 30 a 45 minutos. Cohrs explicó que el experimento fue solo una prueba de viabilidad. El objetivo no era presentar un corazón implantable, sino abordar el desarrollo de corazones artificiales desde una nueva perspectiva. Tanto la resistencia del material a la rotura como el rendimiento aún deben mejorarse significativamente.
Encontrará más información sobre Suiza como centro de tecnología médica en nuestro folleto o en la Guía para invertir en Suiza.
